Preparándonos para el futuro
Aunque el futuro es algo que aún
no existe, todos tenemos conciencia de que lo que hagamos en el presente
incidirá en el futuro, y lo que se hizo en el pasado ha condicionado nuestro
presente y también nuestro futuro. Pero nosotros también podemos preparar el
futuro, y de eso se trata este ensayo.
¿Qué trabajos serán los futuros?
¿Qué tipos de trabajos se generarán y que las nuevas generaciones deberán estar
preparadas para asumirlos? ¿Cómo pensar el futuro de nuestra realidad
alcaracense?
¿Turismo? ¿Industria? ¿Producción
agropecuaria? ¿Servicios? ¿Gastronomía? ¿Producción artesanal? ¿Informática?
¿Transporte? ¿Comercio electrónico? ¿Educación? ¿Salud? ¿Deportes?, etc., etc.,
etc. Por supuesto, de cada una de estas se pueden considerar varias
posibilidades.
Vamos a centrarnos sólo en una de
estas preguntas: la informática. Porque toda la tecnología irá incidiendo
crecientemente en todos los trabajos, la automatización irá generalizándose,
porque la inteligencia artificial irá invadiendo operaciones que estuvieron a
cargo de humanos, porque nos damos cuenta de que cada vez hay más
automatización para todo lo que tiene que ver con las tecnologías de
comunicación habiendo cada vez más aplicaciones…
Me atrevo a decir sin duda que
todo lo que tenga que ver con la informática tendrá mucha necesidad de
programadores, para aplicaciones y para instrumentos tecnológicos. Ahí habrá
mucha fuente de trabajo.
Programar requiere lógica, orden,
creatividad, lenguaje y modularidad. La lógica es la capacidad de razonar y
deducir. El orden es imprescindible para la lógica de la programación, no funciona
ningún programa desordenado. La creatividad es una capacidad que se tiene y
también que se aprende y se puede hacer crecer, y más cuando se trabaja en
equipo. Los lenguajes son múltiples, de varios niveles, y todos se pueden
aprender, y surgen nuevos y mejorados cada vez. La modularidad es la adaptación
de fases que se pueden integrar una con otra para reducir la programación,
posibilitando la complementariedad de los componentes.
Por todo esto, a programar se
puede aprender desde temprano, porque se trata de tomar decisiones, las
decisiones correctas. Y cualquiera que sabe jugar aprende a tomar decisiones.
Entonces, obviamente, se puede aprender a programar desde muy temprano. Todos
jugamos. Y ejercitar la lógica es el motor del juego. ¿Hay dificultad para que
nuestros estudiantes aprendan temprano a programar como para prepararse y ser
capaces de aprender los lenguajes que los instrumentos y las tecnologías de
comunicación usan y van a usar?
Entonces, uno de los caminos que
podremos tomar es adaptar lo que aprendamos en matemáticas, en tecnología y en
computación, en lógica y en juegos, en programación y resolución de problemas,
-cosa que corresponderá a los docentes, pero en la que pueden intervenir e
innovar los estudiantes-, con el fin de capacitarnos para generar nuevos
programas, adaptables, modulares, etc. Inclusive, podremos llegar a ser un
equipo donde aglutinemos los talentos y las competencias de cada uno, para ser
capaces de enfrentar cualquier desafío en programación. Cuatro ojos ven más que
dos, dice el sabio dicho popular. Y creo que Alcaraz tiene la madurez
suficiente como para saber trabajar en equipo, coordinadamente, superando los
individualismos y competitividades.
En suma, está en nuestras manos,
prepararnos para estos nuevos trabajos de mañana. Contamos, además, con un
profesor que es programador y a él podríamos preguntarle al respecto.
¿Tienes algo para reafirmar,
corregir o rebatir esto?
Autor: Juan Jose Dondo.
Autor: Juan Jose Dondo.
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